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Desde el Rey Jorge III al Malboro Man

 

 

Primero que todo, debemos comprender que la palabra influencer quiere decir influenciador, lo que significa que estamos hablando de una persona que es capaz de persuadir a otro, logrando cambiar sus comportamientos. En resumen, una persona que tiene poder sobre otras a través de su presencia, la cual le permite influir en la toma de decisiones. 

 

Si hablamos solo de influencia, podemos decir que desde la edad antigua tenemos una larga lista de personajes históricos con relevancia religiosa o política a los cuales podemos llamar influencer debido a que han impuesto algún comportamiento sobre los demás, como pueden ser la mítica Cleopatra o María Antonieta, mujeres a las cuales se les adjudica la imposición de tendencias en moda de la época. 

 

Ahora bien, si sumamos el factor de que se usa la influencia para modificar comportamientos e intencionalidad de compra, podemos empezar a mencionar a los gladiadores en roma que tenían la vitola de prescriptores en donde promocionaban productos como el vino o el aceite de oliva, sin embargo, el caso histórico más emblemático y aceptado como el primero de los influencers es el del rey Jorge III de Reino Unido, quien en la década de 1760 ayudó a establecer la cerámica Wedgwood, al concederle su sello real de aprobación, el cual significó una publicidad muy significativa y el respaldo de su reputación para la marca.

 

Más adelante, ya en el siglo XX, tenemos casos con empresas conocidas como el de coca-cola en 1920, cuando comienza a utilizar el personaje de Papa Noel para trasmitir los valores de marca a través de un personaje ficticio que se familiarice con el público. Luego en el año 1954 tenemos al icónico Marlboro Man que aumento la venta de cigarrillo de manera exponencial en aquella época. Ambos ejemplos clásicos de los inicios de lo que sería el marketing de influencer.

 

En cuanto a los influencers modernos vemos su surgimiento entre el año 2004 y 2006 con el lanzamiento de las redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube, y su consolidación ya se ve en el 2011 con Twitch y el 2016, ambas plataformas llegaría a revolucionar la forma en que funcionan las dinámicas de las redes sociales y como esta se usaría en la publicidad.